TRIADA DE LA EMOCIÓN: 2, 3 y 4

Los tres eneatipos de esta triada se interesan mucho por su imagen. Considera que las historia sobre ellos y sus supuestas cualidades son su verdadera identidad (hay un fondo de muchísima vergüenza).

Ellos confunden quiénes son con lo que aparentan ser ante los demás. Llegan a confundir realmente quiénes son y quienes aparentan ser. Tienden a rechazar cómo se sienten realmente, en favor de cómo se supone deben sentirse (según el rol que estén ejecutando).

Aunque pueda parecer que estos eneatipos emocionales son diestros en los campos emocionales como “la pareja”, en realidad, es lo contrario: su mayor dificultad les surge en los asuntos del corazón.

Esto sucede porque ellos tienen tendencia a no escuchar sus sentimientos y en vez de ello, tienden a idealizar y a representar los sentimientos que se supone que deberían tener en la situación en la que están.

En el origen de los eneatipos Dos, Tres y Cuatros suelen encontrarse niños que fueron malinterpretados, ya sean elogiados o criticados, con demasiado énfasis por su comportamiento externo. De este modo se valoró más al niño por quién representaba ser que por quien era en realidad. Ya adultos, los eneatipos de esta triada tienden a rechazar sus verdaderos sentimientos por la imagen que consideran que se espera de ellos.

• El eneatipo Dos tienden a desempeñar el papel de salvadores y reprimen sus necesidades.
• El eneatipo Tres tienden a “vender” una imagen de persona confiable y exitosa (es lo contrario de cómo se sienten).
• El eneatipo Cuatro tienden a tener un mal concepto de sí mismos e intentan compensar sus supuestas carencias interpretando personaje único y especial.

Los eneatipos de esta triada consideran que para ser amados por lo que son, deben fingir ser lo que no son.

TRIADA DEL PENSAMIENTO: 5, 6 y 7

Los tres eneatipos pertenecientes a esta tríada tienden a padecer sensaciones de ansiedad e inseguridad, porque les preocupa más el futuro y la búsqueda de seguridad y tranquilidad, que el presente o el pasado.

Estos eneatipos de personalidad padecen una mente inquieta y parlanchina a la que intentan acallar. Cuando estos se bloquean sienten mucho miedo e inseguridades. Tienden a la ansiedad y se entregan a comportamientos que creen que van a mejorar su seguridad. Bajo su personalidad existe muchísimo miedo.

A diferencia de la triada emocional, los eneatipos de la triada mental no se confunden acerca de quiénes son ni cómo se sienten. Ellos, en vez de eso, reaccionan desde el miedo al anticipar inconscientemente los peligros de la vida.

Esta triada tiende a padecer dificultades para tomar la acción de forma asertiva y congruente. Suelen estar peleando con sus cabezas y sobre utilizando sus mentes para intentar compensar la represión de sus instintos físicos.

Les cuesta decidirse a pasar a la acción y su carácter dubitativo puede generar una especie de nudo en la voluntad.

El dilema que tienen los eneatipos de la tríada del pensamiento es sobre su capacidad para manejar desafíos. Como compensación a esta problemática, tienden a proyectarse en el futuro y evalúan los posibles riesgos que encontrarán allí. Es como si siempre se estuviesen preparándose para futuros contratiempos.

Mientras que la triada de la emoción se preocupa de su identidad, la triada del pensamiento se preocupa de su competencia. Su pregunta inconsciente ya no es: “¿Quién soy yo?” sino: “¿Soy capaz? ¿De veras puedo hacer esto?”

Estos eneatipos pensativos tienen una mayor tendencia a pensar que a hacer, porque quieren tenerlo todo controlado cuando hagan lo que se proponen. Pero de tanto analizar los posibles errores que pueden suceder, terminan por no sentirse seguros y no realizar la acción; dudan mucho. Se podría decir que piensan más que hacen.

El desafio para estos carácteres es integrar su poder y asumir la responsabilidad de sus acciones. En la medida que estos carácteres crecen interiormente (crecimiento personal) empiezan a contactar con su instinto y a tomar sus decisiones libremente.